Una vez leí un artículo que decía que si algo te lleva menos de un minutos debes hacerlo sin pensar. No es válida la pereza, es solo un minuto! Eso se me quedó en la trastienda de mi cabeza y ahora lo saco para contaros como he convertido yo esa regla del minuto para que me sirva en mi vida diaria y mi motivación.
LA REGLA DE LOS 5 MINUTOS
Es tan sencillo como contestar a estas pequeñas preguntas y así sabremos si nos vale la pena o no hacer lo que estemos pensando.
Así es como lo veo yo. Si vas a tardar poco tiempo en hacerlo, si a pesar de tener que invertir más horas te va a aportar algo, como una nueva experiencia o conocimientos o lo necesitas, quizás hablemos de un trabajo, ¡debes hacerlo!
Este esquema lo hice antes de cambiar de trabajo, dónde estaba se acababa la faena y cobraba poco. A pesar de que claramente esas ya eran buenas razones para dejarlo y buscar otra cosa, me daba miedo salir de mi zona de confort. Pensé en que a pesar de que me quitaría mucho más de 5 minutos me iba a aportar cosas. Ahora conozco gente nueva, mi jefa me gusta más, mis compañeros de trabajo son todos un encanto, trabajo con una amiga que me ayudó mucho y el sueldo es más alto. ¡Desde luego he salido ganado! Y yo que tenía miedo...
¿Cómo lo veis vosotras?
¿Creéis que os podría funcionar el esquema?
Para mi no es solo una forma de decidir si vale o no la pena, también de hacerme ver que a veces el no, no es una opción y debo dejar de darle vueltas y actuar.